terapia de grupo en sevilla

Compartir nos enriquece la vida

Cuando compartimos experiencias vitales con otras personas cercanas a nosotros, enriquecemos nuestra vida, aumentamos nuestros tesoros internos. Si hablamos y expresamos vivencias importantes que nos han marcado de algún modo en nuestro crecimiento y en nuestras vidas, se abre el camino para que esas otras personas, que también tienen sus propias experiencias que contar, compartan esas vivencias, nos cuenten cómo fueron, que sentimientos tuvieron, y cómo siguieron adelante.

Compartir, ha sido y es algo tan necesario para el desarrollo y evolución de nuestra humanidad que no solemos paramos y tomar conciencia de la importancia que tiene en nuestras vidas y los muchos beneficios que nos aporta para nuestro desarrollo humano, tanto en cuestiones trascendentales como en las pequeñas cosas más concretas y cotidianas. 

Aprendemos porque compartimos con alguien o comparten con nosotros cosas que nos interesan, cuestiones en las que estamos buscando comprender algo que no comprendemos, o simplemente algo que queremos aprender a hacer o practicar.

Compartir en un grupo de terapia

El espacio de un grupo de terapia es un lugar para que cada uno pueda abrir el mundo de sus emociones y sentimientos y pueda mostrar algo importante que no es fácil dejar ver en otros espacios. Cada vez que dejamos que salga algo significativo de nuestras vidas, una experiencia difícil que tenemos pendiente de resolver, o un sentimiento de afecto hacia alguien que no conseguimos expresarle, probablemente nos emocionemos y nos “dejemos ver” más tal y como somos. 

Si experimentamos que nos estamos expresando tal cual nos hemos sentido en algo que nos pasó hace tiempo o nos está pasando en nuestra vida actual, y encontramos una salida adecuada a nuestros sentimientos, sentimos que disminuye la lucha entre lo que quisimos que hubiera ocurrido y lo que pasó, entre lo que nos gustaría que ocurriera y lo que estás ocurriendo. 

Cuando esto ocurre y nos sentimos acompañados y comprendidos por las personas del grupo que está en esa misma búsqueda, la experiencia se refuerza con mucha más intensidad. El acompañamiento es una de los beneficios más importantes de la terapia de grupo.

Somos diferentes y somos iguales al mismo tiempo

Compartir en un grupo de terapia nos lleva a descubrir cómo de particular y única es nuestra propia historia y nuestra propia individualidad. Cada uno ha vivido su vida de una forma única, aún viviendo en la misma familia, teniendo los mismos padres, y necesitamos aceptar y apreciar lo que hemos vivido, aunque a veces necesitemos tiempo para que eso suceda. Puede ser que hayamos vivido soledad, vacío, abandono, humillación, desprecio,….y no hayamos sabido que hacer con esos sentimientos, hayamos tenido que “enterrarlos” y “olvidarlos”. Cuando tenemos una experiencia de compartir esa experiencia difícil que hemos vivido y encontramos que hay “alguien ahí” que está siendo testigo de ese sentimiento, nos acompaña y acepta así, se está produciendo un cambio interno. Ese sentimiento o emoción que no “fue visto” está siendo “visto”, aceptado y por fin, tiene un sitio en la relación con alguien, con el otro.  

Y finalmente, todos somos iguales, somos seres humanos que cuando profundizamos y relajamos nuestros miedos, aflojamos nuestras corazas y sanamos nuestras heridas, llegamos al mismo sitio, al mismo centro que todos tenemos, un corazón que late, que anhela amar y ser amado. Esa es la verdadera vida que nos importa cuando por fin llegamos ahí. Cuanto tenemos eso, lo demás es accesorio, secundario, porque es la fuerza más importante que nos mueve en la vida y nos lleva en sin esfuerzo a compartir el amor que llevamos dentro